Foros Vecinales de Seguridad del Partido de Tigre, Pcia. de Buenos Aires
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sábado, 9 de agosto de 2008

De Habitante a Ciudadano: Deliberar y Proponer

2da etapa
DELIBERAR

DIAGNÓSTICO (1) - ¿Qué nos pasa?
Consiste en estimular un diálogo sistemático sobre los problemas vinculados con la inclusión social para conectar intereses personales y sectoriales. Este diálogo tiene lugar en el marco de intereses diversos pero apunta a un proceso de toma de decisiones consensuado.
Cuando analizamos cual es el problema fundamental en un área dada (por ejemplo: Educación) es natural que surjan diversas opiniones sobre cual es el problema o dificultad más importante, grave o urgente. Por ello, para empezar, es fundamental utilizar 2 preguntas “filtro” para analizar las ideas de los participantes:
· El problema planteado, es realmente crítico para la inclusión de los más desprotegidos y marginados miembros de nuestra sociedad?
· El problema planteado, está realmente focalizado en el bien común de un área importante del conurbano……y no es solo un problema grave de mi calle, barrio o sector?
Todos los diagnósticos que superen estas dos preguntas filtros/inquietudes pasan a una etapa siguiente de debate sobre su importancia relativa para llegar finalmente a un consenso sobre la(s) más importante(s).

En esta etapa, puede suceder que se tengan dudas sobre la magnitud de algunos de los problemas mencionados. Lamentablemente en nuestro país, y quizás más aún en el conurbano, no siempre se cuenta con buenas estadísticas (y actualizadas) sobre todos los temas que aparezcan (por ejemplo: desnutrición, salud, educación primaria, etc). Sin embargo, es necesario hacer un esfuerzo permanente de discutir los problemas basándose en hechos, estadísticas y datos comprobados. Hay que reconocer que las anécdotas, experiencias y percepciones personales son importantes ya que revelan un conocimiento que muchas veces no aparece en las estadísticas pero no pueden ser un total substituto de éstas.
Por todo esto, las Comisiones no deben tener temor de realizar una pausa en el debate hasta conseguir o clarificar la magnitud de un problema, haciendo algún tipo de investigación (Internet, organismos oficiales, etc) o consultando a especialistas en la materia. Los facilitadores podrán ayudar al respecto.

2. DIAGNÓSTICO (2) - ¿Por qué nos pasa o pasó esto?
Se busca definir el problema relacionado con la inclusión social a través del análisis de las causas que lo provocan, los componentes clave y los intereses afectados.

NO es una búsqueda de culpables (personas, gobiernos o partidos) sino un análisis de la causa raíz del problema, primero para entenderlo en toda su complejidad, segundo para evitar su repetición y por último para buscar antídotos para las causas fundamentales que lo provocaron.

Nuevamente, también en esta etapa, es importante hacer el análisis con la mayor cantidad de datos y hechos comprobados para evitar un exceso de subjetivismo personal o, peor aun, sesgos ideológicos que pudieran deformar la realidad. Es importante intentar mantener una racionalidad causaà consecuencia que lleve al consenso de la manera más objetiva posible.

3. DEFINICIÓN de la META - ¿A dónde queremos llegar?
Describe la situación futura a la que se desea llegar una vez que se resuelve el problema y modifiquen las causas diagnosticadas. Es el cambio que fomentará el proyecto que se propone.

Es útil explicitar la meta hacia la cual se encamina el grupo porque servirá de Norte para guiar a todos los involucrados en un mismo esfuerzo y evitar la dispersión hacia otros lugares.

La meta tiene que ser explícita y detallada, no puede ser una mera enunciación relativamente vaga de una situación óptima o de una “mejora de la situación actual”. Por tanto, si bien no se debe coartar la búsqueda de un “ideal”, también es importante “tener los pies en la tierra” y apuntar a metas exigentes y motivadoras pero sin llegar a ser completamente irreales o inalcanzables que generen un fuerte escepticismo y/o pesimismo con respecto a la factibilidad de alcanzarlas, destruyéndose así la siguiente etapa que es la de generar opciones reales para solucionar el problema y alcanzar la meta deseada.

En la medida de lo posible, se deberá intentar cuantificar los aspectos que ameriten o puedan ser cuantificados. De esta manera, se facilita el trabajar con la evaluación de las opciones de una manera sistemática ya que permite comparar el resultado esperado de cada solución propuesta contra las metas concretas.

4. GENERACIÓN de OPCIONES
A partir de la definición del problema y de la meta, se proponen las distintas opciones que captan los modos diferentes de abordar la solución.
Se debe intentar agrupar las preocupaciones dentro de un número razonable de alternativas frente al problema. Asimismo, debieran agruparse las soluciones relativamente similares para evitar estar tratando, como opciones fundamentalmente distintas, aquellas que solo difieren en algunos matices, detalles o énfasis.

Las propuestas deben ser claras, concretas y con un cierto nivel de detalle que asegure una implementación precisa y no deje librado al azar, o a los implementadores, aspectos importantes de cómo desarrollarla.

Se recomienda, en esta etapa, tener mucho cuidado en no coartar la “creatividad” de los participantes.
No es tiempo de desechar lo que, a primera vista, puede parecer irrealizable, recuérdese que hay una etapa posterior de evaluación, comparación del valor e impacto de cada idea y selección final.
El único “filtro” que conviene tener siempre presente es la relevancia de la opción propuesta para solucionar el problema y llegar a la meta acordada.

5. EVALUACIÓN y SELECCIÓN de OPCIONES
La deliberación consiste en balancear las opciones presentadas de la manera más objetiva posible midiendo las ventajas, desventajas y consecuencias de cada una.

En esta etapa podría ser interesante el uso de técnicas tales como graficar el impacto de las opciones versus la facilidad de implementarlas de manera de poder luego seleccionar basándose en un análisis más racional y no solo de preferencias o intuiciones.

La selección debiera ajustarse a un número pequeño de propuestas concretas. Dos o tres, a lo sumo, debieran ser suficientes. Quizás alguna de corto y otra de mediano o largo plazo. Intentar proponer un gran número de ideas atenta contra la eficacia en su implementación y de su seguimiento y disiparía fuerzas.

3ra etapa
PROPONER

6. ACCIONAR la PROPUESTA
Una vez planteada la dirección hacia la cual se quiere ir y qué es lo que se debe hacer, se debe planear cual es la mejor manera de implementar la propuesta y asegurar así su éxito.

El desafío consiste en aclarar cuál es el punto de partida y luego diseñar un plan de acción para implementar las distintas etapas que conlleva el desarrollo de la solución propuesta.

Se busca que las propuestas sean realizables, por eso hay que analizar cuáles son las condiciones favorables y desfavorables para activar el plan. Habrá también que prever cuales son los obstáculos más probables y tener planes de contingencia que puedan ayudar a removerlos.

7. MONITOREO y EVALUACIÓN
Consiste en verificar la eficiencia y eficacia de la ejecución de un plan.
Se busca identificar los logros y las debilidades del proyecto y recomendar los cambios para alcanzar los resultados esperados.
También implica un importante grado de perseverancia en el seguimiento del estado de la propuesta y la activación de mecanismos que ayuden a impulsar su ejecución.

Por último, es importante vigilar que la propuesta no sea desvirtuada en su esencia. Aunque es admisible y hasta recomendable aceptar algunos cambios, para mejor adaptarse a la evolución de la realidad, no se debería permitir que la propuesta termine siendo algo muy distinto de lo originalmente acordado.

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